Por: Paola Belliard
Periodista/Abogada
El Gobierno de los Estados Unidos y el Gobierno de la República Dominicana han firmado un acuerdo de Cielos Abiertos, lo que representa un paso considerable en el fortalecimiento de la cooperación bilateral en el ámbito de la aviación. Este acuerdo permite una mayor libertad y flexibilidad en la operación de vuelos entre ambos países, promoviendo así el turismo, el comercio y el intercambio cultural.
Con la firma de este acuerdo, se espera un aumento en el número de vuelos y destinos disponibles, lo que beneficiará tanto a los viajeros como a las aerolíneas. Además, se busca crear un entorno más competitivo y atractivo para las empresas del sector, facilitando la conexión de personas y bienes entre las dos naciones.
El Cielo Abierto también puede contribuir al desarrollo económico de la República Dominicana al fomentar el turismo, una de las principales industrias del país. La mejora en la conectividad aérea es fundamental para atraer a más visitantes y fortalecer la economía local.
Este acuerdo no solo refleja el compromiso de ambos gobiernos de trabajar juntos en el desarrollo de una aviación más eficiente y moderna, sino que también subraya la importancia de la colaboración internacional en el contexto actual, donde la movilidad y la conectividad son esenciales para la recuperación post-pandemia.
Se espera que este acuerdo tenga un impacto positivo en la industria de la aviación y que promueva un mayor entendimiento y asociación entre el pueblo estadounidense y el dominicano.
Las aerolíneas y otros actores del sector deberán adaptarse rápidamente a las nuevas condiciones del mercado, lo que puede requerir cambios en estrategias comerciales y operativas. Además, se podrán ofrecer no solo tarifas competitivas, sino también servicios que respondan a las diversas necesidades de los ciudadanos y visitantes, y se conectarán más puntos, con mayores frecuencias y con mejores precios.
También representa no solo la oportunidad de expandir nuestro espacio aéreo, sino que también sienta las bases de un sistema de aviación internacional basado en la igualdad de oportunidades, lealtad y el respeto a la libre empresa y competencia. Este acuerdo permite que el mercado, y no solo los gobiernos, defina el futuro del transporte aéreo.
El acuerdo de cielos abiertos tiene el potencial de beneficiar a ambos países, es esencial abordar estos desafíos de manera proactiva para asegurar su éxito a largo plazo.
El acuerdo de cielos abiertos ahora pasará una fase administrativa rutinaria, como todo tratado binacional, que deberá también ser ratificado por el Congreso dominicano.
