Por: Héctor Ferreras
Recuerdo mis clases cuando cursé el diplomado sobre Liderazgo Organizacional, impartido por la Universidad Santander, España, -recinto México-, donde aprendí mucho sobre las herramientas que debe tener un líder.
Una de las principales es la cercanía permanente con la gente, ya que esto permite escuchar el sentir de los demás. Aplicaremos lo aprendido al análisis del liderazgo del doctor Roberto Fulcar, quien no desaprovecha ni un solo momento para realizar visitas oportunas a los dirigentes del Partido Revolucionario Moderno (PRM), o recibir a los que residen fuera del país.
En la población dominicana hay un decir muy común según el cual “los políticos, desde que pasan las elecciones, no se ven jamás hasta la próxima campaña electoral”. Este no es el caso de Fulcar, quien no solo atiende llamadas, sino que también realiza visitas a las dirigencias. Lo más emotivo es ver cuánto disfruta cada encuentro, escuchando, compartiendo, orientando y abrazando a sus compañeros.
Una característica digna de resaltar en su liderazgo es la solidaridad, un valor que está en crisis en la actualidad. Fulcar ha demostrado ser solidario con sus compañeros, a veces hasta el sacrificio personal, aplicando este principio sin importar el nivel del dirigente, desde la dirección principal de su partido hasta el dirigente o miembro de base de cualquier provincia del país.
La resiliencia y la firmeza son otros valores que adornan su personalidad y liderazgo. Sin lugar a dudas, son requisitos indispensables para ser un líder trascendente, y Roberto ha dado cátedra en esto a lo largo de su carrera política, social, académica y en su vida personal. Ha enfrentado por años a los gobiernos pasados sin alinearse con el poder, hasta ayudar a construir un proyecto presidencial junto con el presidente Luis Abinader. Luego, atravesó una grave situación de salud que todos conocemos, pero sin desmayar en ningún momento ni dudar de su fe y propósitos en la vida.
Cabe mencionar también la coherencia y horizontalidad en su liderazgo. Un buen líder debe contar con estas cualidades para evitar decepcionar a sus seguidores diciendo una cosa hoy y otra mañana, según las circunstancias. Este es otro ejemplo que tenemos de Fulcar; al revisar sus entrevistas y discursos, especialmente sobre los temas de la educación, el liderazgo y la política, que es su pasión, podemos observar que sus planteamientos son los mismos hoy en día: coherentes y directos. No anda con rodeos ni con temor, plantea lo que piensa sobre cada tema, sin importar a quién o a quienes enfrente.
Su vocación de servicio ha quedado más que evidenciada, ya que después de las elecciones no se ha detenido ni un día. Ha visitado varias provincias, por ejemplo, he visto en redes sociales sus recorridos por Santiago, Samaná, Independencia, La Vega, Santo Domingo Este, Barahona, Sánchez Ramírez y Baoruco, entre otros, promoviendo la unidad de su partido, el apoyo a la gestión de gobierno del presidente Luis Abinader y escuchando las inquietudes de las estructuras partidarias.
En un liderazgo trascendente, la humildad, honestidad y ética siempre están presentes. Roberto Fulcar, en su paso por la política, el activismo social y en el manejo de la cosa pública, ha demostrado tener muy en alto estos tres valores. A pesar de los niveles que ha alcanzado, nunca se ha olvidado de sus orígenes humildes; por el contrario, siempre los resalta con orgullo. Sus escasos detractores han buscado, sin éxito, alguna acción que comprometa su honestidad, ya que Roberto es un hombre de principios y tiene muy claro que el servidor público está para servir al Estado y los ciudadanos, no para servirse de lo que administra. En cuanto a su conducta, uno de los estandartes que siempre exhibe es su apego a la ética, un valor que marca el comportamiento del hombre en la sociedad. Hasta la fecha, no se conoce ningún hecho impúdico de este gran dirigente.
En conclusión, luego de hacer este recuento sobre la vida pública y privada de Roberto Fulcar, podemos afirmar que reúne todas las características que se nos enseñó debe tener un dirigente para convertirse en un líder trascendente. Por lo tanto, podemos decir que, en Roberto, la República Dominicana posee un gran líder de trascendencia e inspiración.