MADRID.- España rechazó este domingo las acusaciones del presidente Venezuela, Nicolas Maduro, que lo vinculan con un supuesto plan para desestabilizar el gobierno del presidente Nicolás Maduro.
El rechazo se produjo tras la detención en Venezuela de tres ciudadanos estadounidenses, dos españoles y un checo, acusados de estar implicados en un complot contra el presidente Maduro.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de España negó las alegaciones, afirmando a la AFP que España «desmiente y rechaza rotundamente cualquier insinuación de estar implicada en una operación de desestabilización política en Venezuela».
La fuente oficial también destacó que los dos ciudadanos españoles detenidos no forman parte de la agencia de espionaje española, el CNI, ni de ningún otro organismo estatal.
El gobierno venezolano anunció el sábado las detenciones, indicando que los arrestados estaban involucrados en un plan para atacar al presidente Maduro y desestabilizar el país.
El ministro de Interior venezolano, Diosdado Cabello, identificó a los detenidos como Wilbert Josep Castañeda, un «militar activo» de Estados Unidos, y otros dos estadounidenses, así como los españoles José María Basoa y Andrés Martínez Adasme, y un ciudadano checo.
Cabello acusó a los detenidos de ser parte de un «contingente de mercenarios» al servicio de España y de estar vinculados a los centros de inteligencia de España y Estados Unidos, así como a la líder opositora María Corina Machado.
Por su parte, el gobierno de Estados Unidos también negó las acusaciones, declarando que cualquier afirmación sobre su participación en un complot para derrocar a Maduro es «categóricamente falsa».
Un portavoz del Departamento de Estado estadounidense reafirmó el apoyo de Estados Unidos a una solución democrática para la crisis política en Venezuela.
El padre de Andrés Martínez Adasme, uno de los españoles detenidos, aseguró al diario El Mundo que su hijo estaba de vacaciones en Venezuela y no trabaja para el CNI. Añadió que la familia está esperando información a través de los canales consulares y de la embajada.
En respuesta a la situación, Venezuela llamó a consultas a su embajadora en Madrid y citó al embajador español en Caracas para expresar su protesta por los cuestionamientos a la reelección de Maduro.
El jefe del gobierno español, Pedro Sánchez, quien no reconoce la victoria de Maduro, ha insistido en la necesidad de publicar las actas electorales, en línea con la posición de la Unión Europea.
Mientras tanto, Estados Unidos ha anunciado sanciones contra 16 funcionarios venezolanos, incluyendo a la presidenta del Tribunal Supremo, en respuesta al presunto fraude electoral del 28 de julio. Venezuela ha calificado estas sanciones como una «agresión» y ha condecorado a cuatro militares afectados por las sanciones.