Barcelona Madri.- CAF-Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe alertó este lunes de que casi 30 millones de jóvenes latinoamericanos que no estudian ni trabajan son objetivo de las redes criminales de la región.
Aunque no hay conflictos bélicos, “confluyen hoy más de 10 mercados criminales, como el caso del tráfico de armas, trata de personas, tráfico de drogas, lavado de dinero, minería ilegal y extorsión”, dijo su presidente, Sergio Díaz-Granados, en el foro World in Progress de la ciudad española de Barcelona.
“Tenemos hoy (…) el 9 por ciento de la población mundial, pero un tercio de los homicidios globales y 43 de las 50 ciudades más inseguras del mundo”, ilustró, así que la inseguridad es “una de las peores facturas que está recibiendo América Latina y el Caribe contra el desarrollo”.
Apuntó, además, la erosión de las instituciones democráticas. El Latinobarómetro, que lleva 30 años evaluando con encuestas sistemáticamente la satisfacción de los ciudadanos con la democracia, mostró el año pasado “el nivel más bajo”, un 27 %.
“Hay una correlación entre la desesperanza económica y la crisis de confianza de las instituciones, dedujo antes de hablar del riesgo de que una democracia no se pierda ya por un golpe militar, sino “en elecciones amañadas o fraudulentas”.
Avisó asimismo del “estancamiento de las clases medias y aumento de la pobreza” en la región, y señaló “tres palancas” para revertir la situación y la economía informal, como son la vivienda, mejores reformas laborales adecuadas y la educación.
“América Latina hoy es la región más desigual del mundo y una de las más pobres”, incidió en el foro, organizado por el grupo español de comunicación Prisa.
Y se requieren mejores reformas laborales, pues la región “ha sido experta en generar soluciones que agravan los problemas, especialmente las terquedades del mercado laboral, que hoy rechaza a mujeres y jóvenes en la empleabilidad”.
“Y cuando hablamos de informalidad, estamos hablando de cerca de 130 millones de personas hoy en América Latina: seis de cada diez trabajadores”, informó.
A todo ello se añade la brecha digital y del desafío que tiene la región en materia de digitalización, pues América Latina invierte en este sector solo la tercera o cuarta parte de lo que el resto de las economías emergentes.
Y la cuestión es, sin renunciar a la reducción de la pobreza, “cómo podemos desde América Latina preparar la región para la adaptación al cambio climático”, planteó, y sus efectos devastadores de sequía, incendios forestales e inundaciones y las pérdidas económicas aparejadas.
Otro gran desafío en la región simultáneamente es multiplicar por 3,5 veces la capacidad de producción de energía renovable, no convencional. Y doblar la electrificación de sectores de transporte y de agricultura.
“Por eso, la apuesta por el fortalecimiento multilateral hoy es esencial para América Latina y el Caribe para acompañar al sector privado en ese en ese proceso”, resaltó a modo de conclusión. EFE