Santo Domingo.- La masacre de decenas de haitianos en el barrio Cité Soleil, área central de Puerto Príncipe Capital de Haití, representa un crimen de carácter ritual que envuelve la lucha por el control territorial de las pandillas, así como la encarnación de una religiosidad vudú en su práctica de sangre donde el bien y el mal se difuminan para erigirse en culto orgiástico a la muerte al margen de cualquier consideración moral, crimen ritual que expresa el atavismo como parte de la maligna oscuridad que somete, golpea y degrada al pueblo haitiano digno de mejor suerte, así se expresó Juan Pablo Uribe, presidente de la Comisión Permanente de Efemérides Patrias, al ser abordado en un programa televisivo sobre este tema que ha despertado una ola de declaraciones de países y organismos a nivel mundial.
El filósofo dijo que “el carácter ritual de la matanza donde las víctimas fueron pasadas a machete y luego quemadas, en venganza por la muerte del hijo de un jefe pandillero supuesta víctima de una brujería, es normalizada en ese país en el culto brumoso a fuerzas malignas que se invocan alrededor de los jefes pandilleros para dotarlos de una connotación mística que reafirme su poder y por lo tanto legitimidad para violar, mutilar, torturar, secuestrar y matar y es que en esta deificación mefistofélica no hay espacio para la bondad, la piedad y la compasión”.
Uribe manifestó que esta matanza en Haití ha puesto al desnudo una vez más, la insensibilidad, la inacción y la hipocresía internacional ante la hecatombe humanitaria que vive ese país, al mismo tiempo que refuerza, por otro lado, el llamado a la consciencia colectiva de la dominicanidad para que actuemos en completa unidad defendiendo nuestra soberanía nacional, integridad territorial, seguridad poblacional, identidad patriótica y el trabajo legal y mandatorio que realiza la Dirección General de Migración, al mismo tiempo que proclamamos y reafirmamos una y otra vez lo dicho por el presidente Luis Abinader, en la Asamblea General de la ONU: “No hay, ni habrá solución dominicana a la crisis de Haití”.
