Nueva York.- Los habitantes de barrios pobres morirían antes que los de barrios más adinerados, independientemente de la alimentación, la actividad física y otros factores de riesgo, sugirió un estudio.
Esto surge de un estudio en el que participaron más de 565.000 estadounidenses de mediana edad y mayores en el llamado NIH-AARP Diet and Health Study, que reunió datos detallados sobre alimentación, estilo de vida y antecedentes clínicos.
Las características de los barrios se obtuvieron del Censo en Estados Unidos del año 2000.
"Hubo un aumento del riesgo de muerte por cualquier causa o cáncer en barrios con deficiencias socioeconómicas", dijo Chyke Doubeni a Reuters Health.
Lo más importante es que esa diferencia "se mantuvo tras considerar las diferencias entre los patrones alimentarios y otros riesgos de salud de ambos grupos", agregó.
Doubeni, profesor asistente de medicina familiar y salud comunitaria y vicerrector asistente de diversidad en University of Massachusetts Medical School, en Worcester, presentó los resultados en la reunión Conference on Frontiers in Cancer Prevention Research de American Association for Cancer Research (AACR), que se realiza esta semana en Houston.
"Esperábamos que, al controlar esos factores asociados con el estilo de vida y los riesgos de salud, las diferencias desaparecerían. Nos sorprendió que las diferencias se mantuvieran tras controlar factores como el tabaquismo, la dieta, el ejercicio y los riesgos médicos", señaló Doubeni en un comunicado de prensa.
Un alto porcentaje de adultos de los barrios más pobres tenía mala calidad de salud general y de alimentación, pero un mayor peso corporal promedio.
Aun tras considerar esos y otros factores de riesgo, las probabilidades de morir aumentaron a medida que lo hacía el nivel de carencias del lugar de residencia, concluyó el equipo de Doubeni.
A diferencia de los habitantes de los barrios más ricos, los que vivían en los barrios más pobres tenían un 22 por ciento más riesgo de morir en los 10 años que duró el estudio, sin importar la calidad de la alimentación ni el estilo de vida.
"Este es un problema de salud pública; debemos prestarle más atención a las personas que viven en los barrios más pobres", dijo Doubeni a Reuters Health.
"Necesitamos orientar las intervenciones de salud pública a esos barrios mediante un aumento de los recursos de salud y una mejora de los ambientes en esas zonas", finalizó.