En apenas 24 horas, el apodado como “ChatGPT chino”, DeepSeek, ha hecho a las bolsas tambalearse y ha intensificado la competición entre EE.UU. y China en inteligencia artificial (IA), mientras surgen críticas sobre su aparente censura y políticas de privacidad.
Desde que salió a la luz que la aplicación del modelo chino de IA generativa DeepSeek R-1 había desbancado en la lista de descargas gratuitas de la tienda de Apple al popular ChatGPT, de la estadounidense OpenAI, tanto en China como en EE.UU. el revuelo fue inmediato.
Mientras expertos analizan si será duradero el impacto del modelo V3 que triunfa en descargas, y que fue creado en apenas dos meses por 6 millones de dólares, según el director de DeepSeek, Liang Wenfeng, las pruebas con la ‘app’ muestran su condición selectiva y desactualizada a la hora de responder ciertos temas.
DeepSeek no tiene problema en contestar a cómo se creó su modelo, el cual, dice, “como muchos modelos avanzados de IA, se ha creado a través de una combinación de investigación puntera, procesamiento de datos a gran escala y técnicas de aprendizaje automático (‘machine learning’)”.