Hasta ahora no ha habido un solo caso en el involucramiento del trafico de drogas que no sea organizado, dirigido y controlado por los organismos de seguridad del Estado. O es la Marina, o es el Ejercito, o es la policía, o es el DNCD. Y siempre, sin excepción, un oficial esta al mando de la operación. ¿Por qué se ha dado esto?
Porque el negocio de las drogas no es un negocio de la sociedad civil. Empezó siendo un negocio de los estados y se mantiene como un negocio de Estado. El ejercito Norteamérica, controlado por la CIA, inició en los comienzo de los anos 60 el tráfico de estupefacientes y opio hacia el mercado norteamericano y crearon el mercado mas fabuloso que se haya creado en la historia de la humanidad, un mercado que supera los 250 mil millones de dólares anuales.
Como el mercado es tan grande y el involucramiento del ejercito norteamericano creaba problemas internos a la Casa Blanca, poco a poco fueron traspasando el mercadeo a los ejércitos latinoamericanos y en la misma medida que lo hacían iban obligando a los congresos de los diferentes países a aprobar leyes que tipificaran el trafico de drogas y el manejo de dinero como delitos. Esa leyes les permiten a ellos tener bajo absoluto control nuestros estados.
Por esa razón, a pesar de que la guerra luce tan despiadada, nunca se ha producido el caso de que los consumidores hayan tenido problemas con su abastecimiento. Siempre que quieren mercancía la consiguen, y cada vez mas buena, de mejor calidad. Y cada vez, con mas insistencia, tenemos que soportar a un grupo de idiotas hablando por los medios de comunicación y profetizando el fin de la sociedad. El mejor ejemplo lo constituye la banda castillo, con su difamador jefe al mando.
El desafío para Washington viene del hecho de que muchos asesinos natos vinculados a nuestros ejércitos, gente que se afilió a los organismos estatales porque la placa le permite beber sangre, esos degenerados cerebrales se han apoderado de una parte importante del negocio y a esa gente ni le importan las drogas, ni le importa el dinero ni el importa el prestigio del poder, le importa satisfacer su apetito por la sangre humana, verla correr y poder decirles a sus amigos: Le dimos pa bajo, le llenamos el cuerpo de balas, ya esa mierda no hablara mas… La ciencia sabe que esa gente no necesita un motivo para matar, lo hace por placer.
Para no involucrarse políticamente, Washington ha decidido enfrentarlos usan el viejo método, la guerra de la salamancas: que se maten entre ellos. Sin que esas guerras, en lo mas mínimo, afecten el mecanismo institucional de suplir el mercado. Así vemos grandes mafias eliminadas, capos, reyes que caen, pero las drogas siguen fluyendo como chichiguas, y las fiestas, incluso las de grandes y prestigiosos jerarcas del mundo, siguen siendo amenizadas por el oro blanco.
Todos sabemos que las drogas serán legalizadas, todos sabemos que solo estados manejados por idiotas pueden creer en esa teoría del lavado de activo, un mecanismo creado única y exclusivamente para crear una banda de ladrones paralelos. Una vez andando con Don Juan Bosch, alguien le preguntó sobre el lavado de activo y Don Juan le dijo: Mira, hay que ser muy idiota para admitir que después que el estado crea una cosa mediante la ley, como el dinero, ese mismo estado declare ilegal el poseerlo. Solo los idiotas pueden creer eso y aquí hay idiotas naturales y gente que se hace idiota para cobrar por ello.
Las corporaciones norteamericana de las drogas están lista para cultivar , producir y comercializar la coca. Por encima de todos nuestros idiotas presidentes latinoamericanos firmaron un acuerdo con Colombia para que el ejercito estadounidense cuide el oro blanco. Pero Chávez y su gente, que nadie sabe como pueden ser engañado tan fácilmente –si no son ellos los que están pretendiendo engañarnos a nosotros-, han lanzado la propaganda de que Washington quiere destruirlos, atacarlos militarmente.
Es difícil para cualquier pensante aceptar el hecho de que esta gente puede ser engañada tan fácilmente, mientras el Imperio muestra una cosa, pero busca otra. ¿Cómo no pueden entender que el capitalismo cuida el mercado, no lo destruye?
La historia de la humanidad es tan clara como el Sol que día a día sale, que día a día nos alimenta con su luz: Nunca, ningún Estado, ningún Ejercito, ningún Poder, ha podido ganarle la guerra a un producto que tiene mercado, a un producto que la gente quiere consumir. Los presidentes latinoamericanos pueden mostrarles a sus pueblos que poseen un poquito de inteligencia, pueden convocar a una reunión y crear la Corporación Latinoamericana de la Coca –COLACO-.PAN=Prospero Año Nuevo.