Según nos recuerda el colega Amaurys Florenzán y sus compañeros de incesantes batallares, “en los últimos 17 años, los campesinos de las provincias de Samaná, Monte Plata, María Trinidad Sánchez, Sánchez Ramírez, Santiago Rodríguez, Hato Mayor y el Seibo han sufrido duros golpes a manos de los terratenientes y funcionarios del Estado, quienes los han despojado de sus tierras para proyectos turísticos personales”.
De todos modos, el año 2009 dejó un sabor de triunfo colectivo ante el rechazo a la cementera y la “mutilación” de los Haitises, con el consiguiente desalojo de familias campesinas de la zona. Ahora, otras inquietudes perturban a esta empobrecida clase de los campos dominicanos.
Si bien son positivos los intentos de forestación que lleva a cabo el secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Jaime David Fernández Mirabal, a través del Plan Nacional Quisqueya Verde, se presenta la disyuntiva de sembrar dichas tierras productivas con árboles de maderas preciosas, en tanto que los campesinos de la zona plantean que debían sembrarse árboles frutales, como cocos, manzanas de oro, cacao, naranjas y otros frutos criollos que les permitan alimentarse, lograr una agroindustria forestal “como modelo y propósito de maximizar los rendimientos de los productos que ofrece el bosque” combatir el cambio climático y generar empleos verdes.
¿Será tan difícil lograr el entendimiento entre autoridades y campesinado?
Si las tierras pertenecen por ley y decreto a los residentes de estas zonas rurales del Parque Nacional de los Haitises, “otorgada por decreto por los Presidente Joaquín Balaguer, Leonel Fernández e Hipólito Mejía”, ¿qué objetivo tiene seguir difiriendo los unos de los otros, cuando más falta hace la unidad en la nación dominicana? ¿No estamos todos empeñados en reducir la pobreza, cuidar la fauna y la flora y preservar los recursos naturales de cada zona?
Escuchemos a los campesinos. Ellos, como los indios de las viejas historias, suelen saber lo que dice la madre tierra, tan sólo de acercar sus oídos a ella.