Recordar es vivir, más si ese recuerdo que viene a la mente lo comparte con tus amigos, relacionados, que en este caso son ustedes, dilectos lectores. Por ello voy a transcribir el artículo que el 16 de septiembre de 1995, escribiera para el periódico Eco Latino que circulaba en la ciudad de Nueva York. Veamos:
“Es triste decirlo, pero es pura realidad: Leonel Fernández es hoy por hoy el mejor ejemplo de la sucia enseñanza de Nicolás Mquiavelo en eso de que ´el fin justifica los medios´, lo cual es muy penoso en este caso, pues se trata de un joven en el que se cifraron grandes esperanzas como futuro nuevo dirigente nacional para el ya próximo milenio.
“Pero Leonel, humano al fin, se ha desesperado o lo han llevado a pactar con el pasado, que es lo mismo que con el neotrujillismo, negándose a sí mismo la posibilidad de ser una figura limpia de máculas dentro de nuestro conchoprimismo y canibalismo político. Leonel, por así decirlo, es un político tradicional más, espiritualmente ubicado en las esferas mentales de los viejos caudillos, siempre dados a aplicar la máxima maquiavélica aquella.
“Porque el fin de buscar o hacer perder las elecciones al doctor José Francisco Peña Gómez, no justifica el medio elegido, como es la abierta alianza con esos mismos reformistas que frustraron al PLD al quitarle el triunfo en 1990.
“Porque el fin de hacer que los dominicanos no puedan quitarse de encima la pesadilla reformista, puede ser legítimo para un beneficiario de este régimen, pero no para un joven que hasta hace poco era ejemplo de limpidez en su trayectoria personal y política.
“Pero dice la máxima jurídica que ´a confesión de partes, relevo de prueba´. Y fueron nada menos que dos precandidatos reformistas, Peynado y Caito Javier, quienes denunciaron que el anillo palaciego se le tiene a Leonel como candidato preferido, por lo cual se le está suministrando cuantiosos recursos.
“Dicho por dirigentes del propio partido de gobierno, la acusación contra Leonel no hay que probarla, sino lamentarla en la medida en que el país pierde con su actitud a un joven noble, para ganar a un político del montón.
“Y eso es lamentable, porque Leonel, al igual que el senador peledeísta por Salcedo, Fernández Mirabal, el sobrino de las heroínas, era visto como ´una dulce esperanza de la patria´
“Pero ambos, principalmente el candidato del PLD, nos ha defraudado a los jóvenes que desde aquella gloriosa batalla por la democracia en los 12 años, hemos venido siguiendo la trayectoria de muchos que ayer fueron modelo y ejemplo de moralidad y patriotismo, pero que ahora son simplemente políticos ´truchimanes´ de eso que ´entran en todas´.
Porque eso es lo que hay que ser para entrar en el error de caer en manos de los peores sectores del reformismo, los mismos que entienden que llevando a Leonel al poder, no tendrán que dar cuenta a la justicia por sus actos de corrupción debidamente documentados y denunciados”.
Después de esto, la historia está escrita con hechos.