El venezolano Edwin Valero ratificó su cualidad de noqueador neto y la noche de este sábado derrotó -por nocaut técnico en el décimo round- al mexicano Antonio Demarco en pelea por el campeonato ligero del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) montada en la ciudad de Monterrey, México.
Demarco, quien sufrió la segunda derrota de su carrera profesional, hizo lo imposible por disponer del imbatible pugilista mexicano.
El peleador de México, que había declarado con ínfula de prepotencia que "no temía a la pegada de Valero", tuvo que abandonar las acciones cuando comenzaría el décimo asalto. Y de esa amanera se tragó sus palabras.
Con esta victoria, la número 27 (en igual número de presentaciones al cuadrilátero), Valero revalidó el cetro de las 135 libras del CMB.
Valero, de guardia zurda igual que su débil rival, se anotó, además, su nocaut veintisiete de su exitosa labor profesional.
En el segundo asalto, producto de un golpe con el codo derecho de Demarco, el venezolano sufrió un peligroso corte encima de la frente….sangró profusamente.
El árbitro llamó al médico para que examinara la herida. El médico, aunque Valero sangraba mucho, ordenó que la pelea continuara.
El árbitro llamó a los boxeadores a seguir en el cruce de guantes, pero le quitó un puto al mexicano.
El combate, que fue transmitido por el canal Golden, de México y que se vio en varios lugares de Santo Domingo, se caracterizó por el golpe sistemático de Valero.
Valero, pese a sufrir la herida y que botaba bastante sangre, no paró de tirar y conectar ráfagas de puños que llegaban claramente al rostro y los planos bajos de Demarco.
Los mejor golpes del venezolano fueron jabs, ganchos de izquierda y rectos cortos que nunca pudo quitarse de su cuerpo Demarco.
Cuando terminó el octavo round, tras Demarco ser duramente golpeado, se tenía la certeza que la pelea no iba a llegar al límite.
Y en el noveno asalto Valero, a sabiendas de que ya tenía a su merced a Demarco, intensificó su fiero ataque…lo acorraló en una esquina neutral le pegó puños a su antojo sin que el mexicano respondiera.
Lo meritorio de Demarco, en opinión de expertos, es que pudo sobrevivir más allá del quinto round…la mayoría de los especialistas creyó que el mexicano no llegaba de pie al sexto round.
Al concluir el noveno asalto ya todo estaba consumado: Demarco estaba exhausto, respirando por la boca y entregado a la derrota.
El mexicano, consciente de que ya no tenía vida -ninguna posibilidad de salir airoso ante su devastador rival-, les dijo a sus entrenadores que "ya, que detuvieran la pelea".
De esa manera Valero demostró, una vez más, que "corre solo" como peleador de los pesos ligeros…¡no hay a la vista un rival que lo pueda derrotar!.