Entre el 10 y el 15% de las mujeres tienen actitudes o comportamientos poco saludables hacia la comida y la alimentación, asegura una investigación realizada en Canadá.
Los desórdenes alimenticios abarcan una amplia variedad de comportamientos relacionados con una mala actitud hacia la alimentación. Puede tratarse de la a veces muy grave anorexia, o de trastornos menos serios pero que afectan la calidad de vida de las mujeres.
Generalmente, las personas con estos problemas se preocupan mucho por su imagen corporal y tienen actitudes poco sanas para mantener el peso, como ayunar, tomar laxantes o consumir medicamentos inadecuados. Además, sufren de un miedo muy fuerte a engordar y piensan en exceso en qué comidas ingieren, y en qué cantidad lo hacen.
El estudio de la Universidad de Montreal y el Instituto Universitario de Salud Mental Douglas se abocó a detectar la incidencia y características de la alimentación desordenada en las mujeres de hoy, dejando de lado la anorexia. Nuestros resultados son inquietantes.
Las mujeres están expuestas a muchos mensajes contradictorios. Se las incita a perder peso pero también a comer por el simple placer de hacerlo, explica Lise Gauvin, una de las autoras.
La obsesión por la delgadez
Los investigadores trabajaron con 1.501 mujeres que no sufrían de anorexia y tenían en promedio 31 años. La mayoría de ellas no fumaba y tenía un nivel de estudios universitario. Alrededor del 13,7% de las voluntarias admitieron que tienen atracones de comida entre uno y cinco días o de una a siete veces por mes, dijo Gauvin.
A su vez, el 2,5% de las consultadas aceptó que forzaba el vómito y usaba laxantes o diuréticos para bajar de peso y mantenerse en forma. Por otro lado, notaron que las mujeres con desórdenes alimenticios también tendían a percibir que su propia salud no era buena.
El 28% de las voluntarias comentó que realizaba ejercicios intensos al menos dos veces al mes con el único objetivo de bajar de peso o mejorar su figura. Gauvin explicó que este comportamiento no es el adecuado ya que practicamos un deporte por el placer que nos da, para sentirnos bien, pero cuando la actividad se hace para controlar el peso esto indica que una persona podría estar preocupada en exceso por los kilos de más.