Estimado alcalde: se que podría haber utilizado otro medio para transmitir este mensaje hacia su persona, pero pienso que sería más interesante explicar estas ideas en esta, mi atalaya de expresión pública.
Santiago no es ni sombra de lo que era antes. El desarrollo, la no planificación nos llevó la tranquilidad, el aire bueno, las marchantes, los coches y la seguridad ciudadana.
Miles de santiagueros viven en condiciones de pobreza, falta de infraestructura básica, condiciones ambientales inaceptables, estado de vivienda deficientes, alto índice de conducta delictiva, violencia doméstica, maltrato y abuso de menores, embarazo en adolescentes y el uso y abuso de sustancias controladas, totalmente inaceptable para una sociedad que ha sido tradición de civismo y buena costumbre.
Todo esto tiene sus efectos sociales, psicológicos y de salud negativos y producen entre los ciudadanos resistentes sentimientos de impotencia y frustración que minan su fe en ellos mismos, e incluso en los Gobiernos, en las instituciones y en los políticos.
En la otrora ciudad más limpia, la ciudad de los coches y el recordado Centro de Recreo, vemos como nuestros jóvenes necesitan ser sacados de la pobreza, la falta de educación y la delincuencia.
Usted, señor alcalde, ha tenido tres períodos al frente del Ayuntamiento. Y la gente se pregunta ¿qué ha hecho para mejorar las condiciones de los santiagueros?
Además de los males citados, ¿qué ha hecho para mejorar el desorden del tránsito de Santiago, las cañadas de los barrios, la higienización de los barrios, el problema de los desechos sólidos (basura); la transparencia y fiscalización en el manejos de los recursos del Cabildo, el bacheo de las calles, el desorden y falta de higiene de los mercados públicos, etc.?
El vertedero de Rafey es un desorden, cada cierto tiempo tenemos que observar impotentes la muerte de niños, aplastados por los camiones que descargan la basura.
Hoy, los santiagueros nos preguntamos ¿y qué nos enorgullece, qué disfrutamos?
Por los menos ayer sentíamos orgullo del despertador más original del mundo, de una marchante que nos avisaba del amanecer con su pregón que anunciaba sus productos, de la tranquilidad, de la limpieza, del aire bueno, de los nobles y cultos ciudadanos.
Señor alcalde, lo que dicen en la calle de su gestión municipal, nos llena de espanto. Más, cuando escuchamos y oíamos en la prensa, expresiones, como la del historiador y dirigente peledeísta, Euclides Gutiérrez Félix, cuando dice: “Sued no tiene condiciones administrativas ni capacidad para seguir dirigiendo la sindicatura. Si los santiagueros quieren que Sued siga dirigiendo, allá ellos, pero yo no apoyo eso. Ahí están las fullerías de la sindicatura que hizo la Cámara de Cuentas.”
Pidió a los peledeístas “no hacerse cómplices del desorden que significa la Sindicatura de Sued.”
Urge un Plan que rescate a Santiago, urge de un alcalde que convoque al gobierno, legisladores, organizaciones comunitarias, sector privado, para ese objetivo. Donde los recursos millonarios del Ayuntamiento se inviertan para reducir los niveles de violencia, narcotráfico, los accidentes de tránsitos, el deterioro de sus calles, los vertederos improvisados de basura, la higienización de sus mercados, el tratamientos de las cañadas de los barrios, el desorden urbanístico, el cumplimiento de las regulaciones municipales, donde se de apoyo a los jóvenes y las madres de Santiago.
Santiago merece un mejor presente y un futuro planificado.
Recuerde señor alcalde que” la verdadera riqueza de las naciones está en su gente. El objetivo básico del desarrollo es crear un ambiente propicio para que los seres humanos disfruten de una vida prolongada, saludable y creativa. Esta puede parecer una verdad obvia, aunque con frecuencia se olvida debido a la preocupación inmediata
por acumular bienes de consumo y riqueza financiera”.
¿En sus períodos de Gobierno municipal ha obrado usted para lograr o impulsar esos objetivos?
Usted, mejor que yo sabe que el municipio es el núcleo permanente donde se relacionan los vecinos con el Estado, porque allí se expresan los problemas sociales con mayor fuerza, es donde las demandas y necesidades tienen que ser atendidas; pero además, del buen funcionamiento municipal, del Ayuntamiento, del alcalde, de los regidores.
