Tener informantes en la Policía Nacional dominicana, entre otras agencias de ley y orden, ha permitido al prófugo narcotraficante José D. Figueroa Agosto, la exitosa ejecución del lema: plomo o plata.
Francisco Rodríguez-Burns, en su escrito “El tiguerón de la coca”, publicado en primerahora.com; dice que Figueroa Agosto es un “protegido” que ha logrado despistar las investigaciones de las autoridades dominicana.
Entiende que una peligrosa relación que el boricua aparentemente aún tiene con carteles colombianos, podría explicar la impunidad con que Figueroa Agosto ha operado en el país.
Agrega que la tarea de capturarlo no ha sido fácil, pese a la cooperación de agentes de la oficina de Interpol en Puerto Rico y alguaciles federales.
A continuación lo escrito por Francisco Rodríguez-Burns
No alcanza la categoría infame del narcotraficante colombiano Pablo Escobar, pero el puertorriqueño José Figueroa Agosto se ha convertido en uno de los principales distribuidores de cocaína de todo el hemisferio americano y caribeño. Actualmente se le considera el hombre más buscado por las autoridades dominicanas, donde ha almacenado una fortuna que podría ascender los $80 millones y podría ser el boricua que más lejos ha llegado en las estructuras de las empresas criminales que se dedican al trasiego de drogas al por mayor.
“Nuestro interés es arrestar a este individuo para evitar la entrada de droga a Puerto Rico”, subrayó el director de la Oficina de Interpol de Justicia, Ismael Cintrón.
Quizás uno de los asuntos más intrigantes de su historial delictivo es cómo el puertorriqueño, nacido en una humilde residencia de Bayamón, ha podido campear por su respeto en tierra dominicana donde por una década ha logrado ascender los escalones de los círculos sociales más privilegiados del país.
En una nación donde el narcotráfico representa una amenaza inminente contra el Estado, Figueroa Agosto, mejor conocido como “Junior Cápsula”, se ha acercado peligrosamente a las altas esferas de poder. Es un secreto a voces que el mafioso es un “protegido” que ha logrado despistar las investigaciones de los agentes más comprometidos con la lucha contra el narcotráfico y que podría contar con informantes en la Policía Nacional dominicana, entre otras agencias de ley y orden.
Tanto es el interés que han mostrado las autoridades dominicanas por su captura que se ha establecido un grupo especial de altos funcionarios que han seguido el rastro de sus bienes, deteniendo a empresarios, entre otros, para poder dar con su escondrijo. De hecho, el viernes pasado se anunció que la recompensa que se ofrece por información que ayude a su captura y la de la dominicana Sobeida Félix Morel, identificada por las autoridades como su compañera sentimental, ascendió de $28 mil a $275 mil.
Pero la tarea no ha sido nada fácil, aun con la cooperación de agentes de la oficina de Interpol en Puerto Rico y alguaciles federales que intentan arrestarlo por una sentencia de 209 años por el secuestro y asesinato de Edgardo Martínez, mejor conocido como “Nandy el Gruero”. El crimen destapó una peligrosa relación que el boricua aparentemente aún tiene con carteles colombianos y que podría explicar la impunidad con la que ha operado en Quisqueya.
Figueroa Agosto se fugó de la penitenciaría estatal de Río Piedras en 1999 a través de una compleja trama que involucró documentos fraudulentos y que también sirvió para que otros dos de sus compinches dominicanos se escaparan de la misma institución en fechas distintas.
Desde entonces, el hombre ha resultado ser un espectro ante el ojo vigilante de las autoridades. Versiones extraoficiales apuntan a que el boricua ha visitado Puerto Rico en varias ocasiones para vigilar directamente sus negocios. Pero se cree que ha permanecido la mayor parte del año en la República Dominicana, frecuentando resorts y viviendo en mansiones y apartamentos decorados como las suites más cachendosas de Las Vegas.
Pero aunque el narco pudo codearse con los ricos y famosos de Quisqueya, éste se ha visto forzado a retomar su papel de prófugo por un plan que aparentemente orquestó para asesinar al jefe de la Dirección Nacional de Control de Drogas de la República Dominicana. Según las autoridades del vecino país, se le atribuye la muerte del ex coronel de la Policía Nacional que pudo haber estado colaborando con las autoridades.
Sin lugar a dudas, el puertorriqueño ha sido fiel a uno de los lemas más famosos del bajo mundo dominicano: plomo o plata. Está por verse si seguirá viviendo bajo ese lema.