Estamos hablando del “Día Mundial de Nuestra Madre Tierra”, término o respetuosa definición con el cual los indígenas, particularmente, llaman a nuestro hábitat.
Desde 1990, un grupo de soñadores pretenden “hacer algo para acrecentar la consciencia ecológica desde la antigua visión de nuestros antepasados que consideraban a nuestro planeta no desde un punto de vista geológico, sino como un ser vivo y dador de vida”.
El interés de grupos como este, que persiguen mejorar “la armonía planetaria” atañe a todos los pobladores del planeta; por lo tanto, llámese Día Mundial de Nuestra Madre Tierra”, o como sea, vale la pena divulgar cada precepto, mandamiento, formulaciones individuales y colectivas que tienen que ver con la preservación del medio ambiente.
Los indígenas hablan en este sentido del respeto y vínculo con la tierra como la casa común de todos los seres vivos. Se pronuncian por promover el conocimiento de la historia, la naturaleza y el medio ambiente, a través de lecturas las expresiones artísticas y con el patrimonio histórico y cultural de nuestras ciudades.
Para estos grupos de Danza Prehispánica, Tradición Oral Indígena, Organizaciones y Asociaciones Civiles Culturales, el apoyo de Dependencias Gubernamentales e Instituciones Académicas es importante.
Ya aprendimos, con la experiencia de Copenhague, que hay que luchar, cada quien desde su trinchera, para ver si finalmente se respeta a la madre tierra y todos, aún aquellos que no han ayudado a su protección, pueden lograr que perdure la existencia humana…Así de simple.