Luego de esperar más de 13 años colocados en categoría 3 por la Agencia Federal de Aviación de los Estados Unidos (FAA), teniendo como consecuencia que aeronaves de matricula dominicana quedaron impedidas de volar a territorio norteamericano, la Aviación Dominicana bajo la disposición y el compromiso del gobierno dominicano y las diversas agencias del sector empezaron a crear reales condiciones para obtener la ansiada categoría uno, con la cual quedarían superadas todas las dificultades y trabas que generaba dicha sanción.
Sin lugar a dudas, el logro y conquista de la categoría uno para el país, hizo más atractivo el sueño de formar empresas de servicios aéreos y empezó a generar confianza en inversionistas interesados en desarrollar sus empresas teniendo acceso al codiciado mercado norteamericano.
Este es el caso de Air Dominicana, primer intento de Aerolínea Nacional que se forja como consecuencia de la conquista de la Categoría Uno obtenida luego de que el país regularizara su situación aérea cumpliendo con las normas de seguridad internacional establecidas por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI).
Air Dominicana, la cual fue constituida con un capital inicial de 10 Millones de Dólares, nació con una participación del 40 por ciento del Estado Dominicano y la participación del empresario español Juan José Hidalgo quien hizo aportes a título personal y a través de su empresa de vuelos chárter Futura.
Cabe destacar la histórica ceremonia celebrada en la Terminal del Aeropuerto Internacional de las Américas(AILA), en la cual bajo el auspicio de las máximas autoridades del sector nos estremecieron haciéndonos vibrar de emociones mientras anunciaban a viva voz el gran logro que representaba esta primera aerolínea nacional que empezaría a surcar sin restricción alguna el firmamento internacional en más de una década, el gran logro por las muestras de confianza en República Dominicana que empezaban a dar grandes inversionistas como Juan José Hidalgo y el gran logro porque a pesar de la coyuntura de crisis que experimentaba la industria aeronáutica a nivel mundial, República Dominicana se adornaba con el privilegio de atraer nuevas inversiones en el sector aéreo.
Pero al parecer ese gran logro empezó a desvanecerse cuando el 01 de Mayo del 2008 Air Dominicana anunció la suspensión de su vuelo inaugural por problemas técnicos presentados en su sistema de cables de la aeronave con capacidad para 148 pasajeros. Ese mismo día los representantes de dicha aerolínea se comprometieron en realizar dicho primer vuelo el 14 de mayo del mismo año, pero llegada esta fecha los dominicanos nos quedamos esperando los colores patrios que representados en Air Dominicana serian visualizados en nuestro cielo.
A más de dos años de este funesto intento de ver dos alas que nunca volaron, ninguna versión oficial se ha dado conocer respecto a la verdadera historia de Air Dominicana. Todo género de comentarios ha inundado nuestro sector tratando de ofrecer explicación alguna que pueda convencer a un sector que vio apostado en Air Dominicana todas sus esperanzas de resurgimiento de la aviación nacional.
Está muy claro que luego de la hecatombe que ha significado el frustrado intento de Air Dominicana, lo menos que podemos exigir a las autoridades oficiales del sector es un convincente informe radiográfico que permita explicar de manera satisfactoria para nuestra colectividad las razones que dieron lugar al abrupto final de la empresa, la cual hoy solo muestra síntomas de bancarrota, sin aviones, sin servicios de electricidad ni teléfonos en sus instalaciones.
Ante todas estas circunstancias, la Asociación Nacional de Pilotos expresa que la falta de respuesta y el silencio exhibido por las autoridades ante este hecho de graves magnitudes, envía una señal equivocada que más que bien, solo serviría para robustecer el manto de corrupción e impunidad que por años muchos quieren imponer en nuestra aviación nacional.
Para nuestra entidad, la lucha contra la corrupción en nuestro sector y la vigencia de un verdadero estado de derecho se debe expresar esclareciendo en su totalidad hechos tan abominables y bochornosos que como el de Air Dominicana desagradan profundamente a los hombres y mujeres que con estricto apego a la ética y la transparencia honramos día a día nuestra profesión.
Para la ANP es un deber exigir acciones que permitan establecer responsabilidades frente a este caso. En tal virtud, después de ver todas estas muestras irrefutables de quiebra y fraudulento manejo empresarial creemos propicia la realización por parte de la Cámara de Cuentas de una auditoria que refleje las razones que conllevaron a la misma, pero al mismo tiempo creemos más que propicia la ocasión para conocer la posición del Instituto Dominicano de Aviación Civil, del Ministerio de Turismo y la Junta de Aviación Civil.
La Asociación Nacional de Pilotos aboga porque tanto el Estado Dominicano como las instituciones que regulan nuestro sector demuestren su compromiso con el fortalecimiento sano de nuestra aviación esclareciendo este hecho. De seguir imperando el silencio, solo se estaría promoviendo una industria de corrupción en detrimento de los logros que hemos alcanzado para beneficio de nuestro sector.
Logros que no sólo nos han costado innegables esfuerzos sobrehumanos, sino también pérdidas irreparables de hombres que con su sangre han abonado la tierra por el sueño de una aviación sana y segura.
La Asociación Nacional de Pilotos hace este llamado de atención, con un único interés patriótico, por el digno y futuro bienestar de sus miembros pilotos aviadores y todos aquellos que aman su profesión y por sobre todo su deber de contribuir en la edificación de una aviación libre de vicios que prometa un futuro promisorio en beneficio de todos.