En los últimos tiempos buscamos con impaciencia los informes más recientes de la FAO. La respuesta a la triste interrogante de si aumentan los hambrientos en el mundo, o si el costo de los alimentos sigue en ascenso, es más que un problema global, es una realidad que impera y aplasta los ánimos.
El caso es que según el director de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Jacques Diouf, el número de personas mal alimentadas creció en cien millones durante 2009.
Se dice fácil, pero hay que tener en cuenta como bien repetía un antropólogo africano, que cuando hablamos de estadísticas y cifras, detrás de cada una de ellas hay un rostro humano.
Si la seguridad alimentaria continúa empeorando, la cifra de las mil millones de personas subnutridas en el planeta seguirán multiplicándose y las propias familias dominicanas pueden dar fe de la manera en que los alimentos básicos cuestan mucho más que hace dos años, entre un 10 y un 25 por ciento más altos, según los datos mostrados por el director de la FAO.
Para Diouf la "única solución sostenible" para enfrentar el hambre es "el aumento de la productividad de los pobres y de las personas afectadas por la inseguridad alimentaria, especialmente en los países con déficit de alimentos".
Latinoamérica y el Caribe, como el continente africano volvieron a tener en 2009, el índice de subnutridos que en el período 1990-1992, según la FAO.
El año 2010 avanza, con terremotos, lluvias, inundaciones y todavía no se observan esas acciones concretas que ayuden a disminuir en realidad el número de personas que sufren hambre y desnutrición en el mundo. La FAO informa y los hombres y mujeres esperan por soluciones…
