Santiago.- El presupuesto que asigna Salud Pública al hospital Regional José María Cabral y Báez es de RD$10 millones mensuales, de los cuales el 18% se destina en atenciones a pacientes haitianos, principalmente mujeres que vienen al país a parir, pero el 98% opta por quedarse a vivir.
Sergio García, director de Relaciones Públicas del hospital, dijo que además del presupuesto, el centro maneja porciones mínimas de dinero de mecanismos de autogestión, y también una parte se destina en atenciones facultativas de haitianos.
En el Cabral y Báez, un promedio de 80 a 90 haitianas dan a luz cada mes en el hospital Regional José María Cabral y Báez y muchas de ellas, logran cruzar la frontera sin documentos para esos fines, según estadísticas proporcionadas este martes a DominicanosHoy.com.
Las estadísticas también revelan que en el 2009, se hicieron en el Cabral y Báez casi seis mil partos a haitianas.
Sin embargo, en enero de este año parieron en ese hospital 80 mujeres de origen haitiano y en febrero 82 y la tendencia es que la cifra se mantendrá igual en marzo de este 2010.
El portavoz del Cabral y Báez sostuvo que la misión de los médicos que trabajan en ese centro es atender a esas parturientas haitianas, independientemente de que tengan documentos o no.
Asimismo, García manifestó que la labor del hospital es atenderlas, pero no emitirle documentos, porque no tiene facultad para ello, aunque se levanta un acta en la que se deja constancia del parto.
“Un hospital da servicios, pero no tiene facultad para dotar de documentos a personas migrantes”, manifestó.
García comunicó que como requerimiento del hospital, los pacientes criollos tienen que presentar sus cédulas o cualquier otro documento de identidad y los extranjeros, el pasaporte; pero en caso de tenerlos por razones humanitarias hay que darle servicios.
Subrayó que en el Cabral y Báez hay una Oficialía Civil, dependencia de la Junta Central Electoral (JCE), no del hospital.
“El hospital trabaja en coordinación con la oficialía, pero el sistema operativo obedece al funcionamiento de ellos”, expresó.
En su opinión, aunque el hospital debe colaborar con Migración, no debe verse como una oficina de ese organismo, sino una institución que presta servicios.
“Todo servicio que ofrece el centro hospitalario debe generar un asiento al instante, un espacio de archivo y un historial, eso es así”, indicó.
Ligereza
Conforme a García, el tema de los haitianos por regularidad se trata con mucha ligereza.
“He escuchado personas decir que en los hospitales, particularmente en el Cabral y Báez, el 50% de los pacientes que se atienden son haitianos y eso no es cierto”, comentó.
En ese contexto, asegura que en ningún caso excede más de un 18% el tratamiento que se le da a los haitianos indocumentados.
La mayoría se quedan
Según los informes, más del 80% de las haitianas que logran cruzar la frontera clandestinamente para alumbrar en Santiago, sobre todo en el Cabral y Báez, optan por quedarse.
Un oficial de la subdirección de Migración en la zona Norte dijo que por lo regular las parturientas son asistidas por familiares y otros haitianos que residen en el país de manera irregular, pero casi siempre lo que hacen es llevarlas a vivir a sus casas, donde finalmente se quedan.
Para Migración, el caso es complicado, pero que de una u otra forma hay que buscarle solución, porque la intención de la mayoría de ellas no es dar a luz en los hospitales, sino quedarse a vivir de manera irregular.
Rumbo a Santiago City
En Haití es un orgullo nacer en República Dominicana y de acuerdo a los informes, los haitianos que han nacido aquí se sienten superiores a los demás.
Muchos ricos y personas de clase media de Haití vienen en tours a Santiago para que las mujeres den a luz en los hospitales.
“El padre o la madre quiere que su hija alumbre en el país, eso mismo desea el hombre con su esposa o concubina y viceversa, ninguna parturienta quiere alumbrar en Haití, porque es muy riesgoso”, dijo el médico haitiano radicado en esta ciudad Robert Joseph.
Se recuerda que hace cuatro años un potentado de Haití trajo en un helicóptero, que el mismo piloteaba, a su esposa y una sobrina suya a dar a luz en el Cabral y Báez, lo que provocó asombro.