Satisfacen las buenas noticias, como esta que sella lo que acontece en la XIII Feria Internacional del Libro Santo Domingo 2010, en la cual se “desbordan ávidos” los lectores por los 18 pabellones de esta gran fiesta de las letras, que desde el 21 de abril, hasta el 9 de mayo, permitirá a dominicanas y dominicanos disfrutar de experiencias únicas e inenarrables.
Loable la iniciativa de haber dedicado un espacio a las Hermanas Mirabal, con diseño acertado, tal y como señala la prensa nacional, al igual que a la guerra de abril de 1965. Múltiples son los pabellones visitados, sobre todo durante el fin de semana: el del Escritor Dominicano, por ejemplo; otro de Homenaje a la Madre Teresa de Calcuta; el Café Bohemio; el del Libro-Cocina Mike Mercedes y tantos otros que recuerdan la sensibilidad de un pueblo que distingue a sus héroes, personalidades y artistas, sin olvidar la poesía, en este caso en la persona de Freddy Gaton Arce, cuya fructífera obra merece esta válida deferencia.
Todas las actividades circunscritas a la XIII Feria Internacional del Libro promueven hábitos de cultura, imprescindibles en la formación de cada ser humano y ayuda a incentivar la preservación del medio ambiente, la protección de los animales, entre otras buenas prácticas.
No obstante las situaciones de crisis y dificultades sociales que vive la República Dominicana, los libros mueven y acercan a este destino noble e imprescindible. Como fue el lema de 2008, vale la pena “dejarnos seducir por la lectura”.
Se necesitan muchas Ferias de Libros, homenajes a las figuras que antes y ahora nutren la cultura e historia dominicana y caribeña y que se dejen atrás tantos problemas sin solucionar, esos que se repiten de un período a otro: sólo así podrá la sociedad disfrutar aún más y dejarse arrebatar por el insustituible y milenario hábito de la lectura.