Santiago.- Más de 65 niños y niñas de la comunidad de Palo Quemado, en la carretera turística Luperón, reciben docencia en una rancheta, la que además, comparten con ratas, arácnidos y otras alimañas.
Los niños enfrentan toda clase de precariedades. Para profesores, padres y estudiantes, la situación es vergonzosa.
Las persistentes lluvias que se registraron a principios del año 2009 agrietaron la escuela de la comunidad y los padres, para evitar una tragedia, decidieron no enviar sus hijos a ese centro.
Dijeron que para no perder el año escolar 2008-2009, un señor de la comunidad prestó la rancheta que actualmente sirve de escuela a los niños de la comarca.
La situación no ha tocado la sensibilidad de las autoridades de Educación y la escuela se mantiene agrietada, por lo tanto, los niños y niñas no han podido regresar al plantel.
Juan Rodríguez, dirigente comunitario, se quejó porque en reiteradas ocasiones han planteado la problemática a las autoridades Educativas, pero no han tomado los correctivos de lugar.
Rodríguez sostuvo que los propios niños cuentan que en ocasiones, junto a profesores, han tenido que matar cacatas (tarántulas), cucarachas y que también pululan ratas.
Agregó que la situación obligó a los padres hacer una recolecta y contratar una compañía para que fumigue la rancheta, logrando que los insectos y roedores desaparecieran por varias semanas.
Rodríguez comentó que profesores, padres y estudiantes, temen que los insectos y ratas provoquen enfermedades entre los niños, por lo que pidieron a las autoridades que habiliten un lugar donde sus hijos puedan recibir el pan de la enseñanza en mejores condiciones y con mayor seguridad.