Días muy mojados y húmedos estos que fueron, además, de “paralización” en las actividades, según declaración del Poder Ejecutivo, mediante Decreto 264-10, firmado por el presidente Leonel Fernández, en su propósito de que resultaran no laborables, los días 15, 16 y 17, hasta el mediodía de este lunes, a fin de que dominicanas y dominicanos ejercieran su derecho al voto.
Amén de las condiciones geográficas, sin muchas sorpresas transcurrieron estas elecciones, en las cuales los nuevos legisladores, alcaldes y regidores han sido ya elegidos, luego de una campaña electoral que, más allá de las muchas interpretaciones, puso a la luz el uso abusivo de los recursos del Estado a favor del partido oficial y otros despilfarros por parte de quienes tienen en sus arcas barrilitos y fondos que tan bien vendrían a las alcancías abiertas en los hospitales públicos, donde los pobres que van a mal atenderse allí, deben dejar sus chelitos para reconstruir esos centros asistenciales.
No reflejarán estas líneas contentos, ni descontentos. De más está decir que la sociedad dominicana espera aún respuestas acerca del narcotráfico, su auge en el país, la implicación de nuevas figuras en este tráfico ilícito; los ajustes de cuenta; la desaparición como por arte de magia de Agosto y Sobeida; el resultado de las comisiones que laboran en determinados casos ¿o ya concluyeron? entre otras acciones inconclusas.
La población necesita escuchar que alguien, entre los congresistas, se duele por la aprobación de proyectos de leyes sin apenas ser leídos y que lo haga saber ante la opinión pública.
En estos días, después de, los electores merecen saber que no fue erróneo su voto, que sus aspiraciones políticas pueden estar, en alguna medida, contenidas en algunas de las figuras elegidas, las cuales demostrarán ahora su honestidad.
Sencillamente, habrá que esperar, después de este 16…