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Política turística genera sobreexplotación recursos

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Cabo San Lucas (México).- La política turística mexicana, que privilegia el desarrollo de enormes complejos hoteleros en zonas apartadas, produce una "sobreexplotación" de recursos naturales y el "colapso" de los ecosistemas, criticó hoy el oceanógrafo Octavio Aburto.

El especialista mexicano, investigador del Instituto de Investigación Scripps de Estados Unidos, explicó en entrevista con Efe que el modelo de desarrollo turístico que se aplica en México "en las últimas décadas consiste en escoger un punto y hacerlo crecer hasta que consuma todos los recursos, para que años después básicamente esas zonas se colapsen".

Las autoridades mexicanas impulsan la construcción de los llamados Desarrollos Integrales, tal es el caso de destinos turísticos como Cancún, Huatulco, Los Cabos e Ixtapa, donde se planearon ciudadelas de hoteles, marinas, centros comerciales, viviendas y campos de golf en zonas otrora despobladas.

"El gran problema que engloba todo es que no hemos entendido qué es lo que queremos hacer para que se desarrollen las comunidades costeras", indicó Aburto.

A juicio del experto, que desde mediados de los años noventa lidera estudios en los mares de Baja California y Baja California Sur o en ciudades turísticas como Cancún (Caribe mexicano), "todo el sistema de playas conectado a humedales costeros como los manglares ha sido totalmente trastornado, aunque lo quieran esconder las autoridades".

Cancún, una ciudad creada apenas hace 40 años y en la que viven 700.000 personas, cuenta con más de 30.000 habitaciones de hotel y es el principal destino turístico de México.

El año pasado, el Gobierno invirtió más de 70 millones de dólares para recuperar unos 16 kilómetros de playas en Cancún, Cozumel y Playa del Carmen, disminuidas por el paso de huracanes, para lo cual se vertieron 6,1 millones de metros cúbicos de arena dragada del fondo del mar.

"Ahora nos cuesta mantener lo que en teoría fue lo que se le vendió al turista: playas paradisiacas y manglares", criticó Aburto.

"Ahora tenemos que pagar de los impuestos de la gente el dinero para dragar bancos de arena, para que en la siguiente temporada de huracanes desaparezca esa misma arena, porque los manglares que detenían los vientos y prevenían que las playas se siguieran erosionando fueron destruidos", sostuvo.

En Los Cabos (noroeste), una zona desértica en la Península de Baja California, donde también hay miles de habitaciones de hotel, los desarrollos turísticos han sobreexplotado los acuíferos subterráneos y ese líquido "no está llegando a los sistemas costeros ni a los sistemas marinos", denunció el experto.

Las investigaciones de Aburto y sus colegas científicos apuntan a que en Los Cabos, cuando se presenta el fenómeno meteorológico de "El Niño" (aumento de la temperatura del mar), los sistemas desérticos alimentan a los marinos, lo que funciona al contrario durante el fenómeno de "La Niña" (disminución de la temperatura).

Esas conexiones entre el ecosistema del desierto y del mar se han "trastocado" a consecuencia de la sobreexplotación del agua subterránea de la región, aseveró.

Finalmente, el oceanógrafo lamentó que las autoridades mexicanas sigan otorgando permisos para construir megadesarrollos turísticos, cuando "hay una serie de flagrancias a la ley ambiental" y "huecos de información" y "barbaridades" en los estudios de impacto ambiental, dijo.

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