El turismo de bodas se triplicó en 2009 en este país, donde se casaron unas 300 parejas de extranjeros, contra un centenar en 2008, según informó la directora del Registro Civil del Ministerio de Justicia, Olga Lidia Pérez.
“No es nuevo, pero antes se veía poco», dijo la funcionaria, tras advertir que el notario o el registrador que formalice el casamiento tiene que exigir los documentos que señala la ley, como los certificados de nacimiento de las personas contrayentes.
Ciudadanos canadienses, rusos y holandeses se cuentan entre los casados en la isla, cuando algunos touroperadores incluso están ofreciendo el servicio y tienen convenios con el Ministerio de Justicia para estas ceremonias, explica un reporte de AP.
El servicio que prestan las autoridades jurídicas cubanas cuesta unos 300 ó 400 dólares, y la certificación obtenida tiene validez oficial, pero debe legalizarse ante la embajada o consulado (del país de los contrayentes) para que surta efecto afuera» de Cuba, añadió Pérez.
Aunque tiene “un valor simbólico» para los contrayentes unirse en la isla y algunos optan por bodas en los centros turísticos, se trata de un acto legal, agregó.
