En su nuevo libro titulado Movilizarse para salvar la civilización, de Lester Brown, el también presidente del Centro de Estudios Instituto para Políticas de la Tierra, con sede en Washington, expresa:
"La crisis es extremadamente seria y urgente y requiere un esfuerzo de movilización de las naciones similar al realizado durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945)".
Según argumenta Brown, "el cambio climático ocurre mucho más rápido de lo previsto por los científicos, y el planeta sufrirá inevitablemente un incremento de la temperatura de por lo menos dos grados".
Unos trece millones de personas mueren cada año debido al deterioro del medio ambiente. De ellos, 200.000 fallecen como consecuencia directa del cambio climático. El 25 % de la carga global de enfermedades se debe a la degradación paulatina del medio ambiente.
América Latina y el Caribe se ubican en la zona de peligro, como partes sensibles del quebranto. Así lo aseguró el consultor del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), Enrique Provencio, durante la Decimosexta Reunión del Foro de Ministros de Medio Ambiente de América Latina y el Caribe, llevado a cabo hace un tiempo en la capital dominicana.
El experto mencionó que la región pierde cada año 4,7 millones de hectáreas de superficie boscosa, y, particularmente, la biodiversidad de la República Dominicana se está viendo muy afectada debido al indiscriminado avance de la deforestación en Haití.
El país está doblemente afectado: por las violaciones que se repiten constantemente y por la realidad de tener una vecina nación, cuya cobertura boscosa alcanza sólo un 2%, realidad que se extiende indefectiblemente hasta nuestras tierras, y hace que nos preguntemos si aún así podremos salvarnos: ellos, nosotros: todos y todas.