Dos prisioneros en un campo de concentración: uno de ellos eres tú, que has intentado fugarte sabiendo que eso estaba penalizado con la muerte. Delante de ti, acusan a tu compañero en tu lugar, y éste calla. Es torturado en tu presencia y calla.
Cuando finalmente se lo estaban llevando al lugar de la ejecución, se vuelve por un instante y te mira en silencio, sin una sombra de reproche.
Al volver a tu casa. ¿Acaso ante la presencia de tanta corrupción, será preciso que en la vida de cada hombre se produzca al menos una vez un terremoto, y que en su corazón ocurra algo de lo que sucedió a modo de aviso, en la naturaleza al momento de la muerte de Cristo, cuando el velo del templo se rasgó de arriba abajo, las piedras se partieron y los sepulcro se abrieron?. ¿Podrás él ser el de antes? ¿Podrás olvidar esa mirada?.
Necesitamos pasar del atropello al respeto, de lo contrario, todos, todos perderemos, véanlo está a la vista, el hombre no resiste tanta, tanta carga, no se hizo para ser abusado, eso es de tiranos.
La corrupción es como una ola larga, majestuosa, destructora, con toda la furia de la naturaleza que nada ni nadie parece poder detener.
El que no cumplió con su deber de castigar el desacato, la vejez, la vive como un nido donde se fueron creando males y van saliendo de su refugio, son tormentos que acepta y no debe quejarse, lo fue guardando y como todo el caminar tiene su final se duerme con sus dolores.
¿Por qué nos cierran el camino de la institucionalidad? ¿Hacia donde están llevando a este pueblo?.
La razón no soporta el trago amargo que quiebra la ley y se esparce sobre la tierra con toda su crueldad de corrupción creando tantos males.
Los que no desarrollan su inteligencia no perciben las causas de sufrimiento conocido como “sentimiento de culpabilidad” y, es de obligación presentarles el sello que ellos mismos se estampan: CONSIDERAMOS TODO COMO NUESTRA PROPIEDAD PARTICULAR.
Estoy convencido, hay que impulsar valores profundos que sacudan la inercia de muchísima gente y hagan fuerza para eliminar la corrupción de los dominicanos enfermos de esos instintos egoístas que dañan los quehaceres de los hombres buenos.
El que obtiene riqueza del nepotismo es un prisionero de la acusadora culpa que no podrá librarse, vivirá en su encierro doloroso.
Sea sincero consigo mismo, espere de la vida lo que ha puesto en ella. Si es amor, afecto, servicio, los frutos serán los mismos. Si siembra lo contrario, robo, mentira, nepotismo, tendrá la mala cosecha. Está claro recibimos lo que entregamos.
Cuando estoy terminando de escribir me detengo y por lo regular asoma uno de los ilustres que enseñaron a vivir bien. Ahora es Pitágoras. “lo más importante de la acciones humanas es el persuadir a un alma al bien o al mal. Que son felices los hombres cuando tienen una buena alma, y al contrario, que no tienen paz no dominan el curso mínimo de su vida si la tiene mala”.
* El autor es Vicealmirante (R) de la Marina de Guerra