La dilatada controversia en torno a las exigencias del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) para que se efectúe un reconteo de votos en el municipio Oviedo de la provincia Pedernales, ha descorrido la cortina sobre una serie de detalles que ahora puede ver hasta la persona menos enterada de los asuntos electorales dominicanos.
Por un lado, aparece un PRD casi desesperado, luego de una aplastante derrota en las urnas, aferrándose a la más remota posibilidad de conseguir una plaza en el Senado, aunque sea por la más alejada y memos poblada provincia del país, que en estos momentos de debates ha adquirido la relevancia de “último bastión” en la batalla. que se pierde por apenas 14 votos.
Sin embargo, a pesar de que el oficialista Partido de la Liberación Dominicana (PLD), entre sus propios votos y aquellos agenciados por las organizaciones aliadas, se erigió vencedor en 31 de las 32 provincias, las autoridades peledeístas parecen poco propensas a cederle ese único y disputado curul a la oposición del partido blanco.
Por otro lado también han quedado en evidencia las debilidades y contradicciones, dentro de la propia Cámara Contenciosa de la Junta Central Electoral (JCE), que un día decide aprobar el reconteo de votos pedido por el PRD, y al otro da marcha atrás en su decisión, luego de varias visitas de altos dirigentes del PLD y de las declaraciones del presidente del Senado y secretario general del partido morado, Reinaldo Pared Pérez, quien advirtió: “Quiero llamar la atención de la Cámara Contenciosa que eso está muy definido y muy claro, no queremos una senaduría más, pero ni una menos, y la de Pedernales fue ganada en buena lid, aunque sea por un voto”.
Sobre lo que sí habría que llamar la atención es sobre el hecho de que, con o sin Pedernales, el PLD constituye mayoría en el Senado, donde pronto se decidirá cuáles son los jueces que se quedan en la JCE, y más aún quiénes podrán integrar el Tribunal Electoral, el Constitucional y hasta el Consejo de la Magistratura. ¿Qué mayor presión que ésa?