Los asesinatos que han tenido lugar en México, como el de un candidato a gobernador y cuatro de sus guardaespaldas, por sólo señalar algunos de los últimos acontecimientos lamentables que abaten al hermano pueblo azteca, hicieron al presidente Calderón, llamar una vez más a unir filas y convocar al diálogo, no sólo de las fuerzas políticas, sino de legisladores, empresarios, académicos, estudiantes, todos, en definitiva, para enfrentar el mayor desafío de estos tiempos: el narcotráfico que ya resulta incontrolable para los gobiernos.
Como que las realidades de ese pueblo tienen que ver con lo que acontece aquí, hay que impedir que se hagan eco- aún más-.
Aunque se plantea una mejoría sustancial en la lucha dominicana contra el narcotráfico y se ha logrando bajar el porcentaje del movimiento de narcóticos ilegales, la necesidad de crear políticas de lucha contra el tráfico de drogas y el terrorismo imponen nuevas formas de acciones, porque más allá del reconocimiento de la gran amenaza que estos dos peligros significan para el mundo, cada muerte, cada acto de violencia, crea una realidad que abate las conciencias.
Líderes de diferentes fuerzas políticas mexicanas han coincidido en lo imprescindible de apoyar al llamado del presidente mexicano para enfrentar lo que ya se presenta como amenaza transnacional, con una demanda de recursos y medios ilimitados.
Narcotráfico y el terrorismo se abren paso en letras rojas y sangrientas en los titulares de cada día. En México el luto cubre los hogares; otras naciones no están muy a la zaga. Como ha quedado sentado en el II Simposio Marítimo Contra el Narcotráfico en el Continente Americano, celebrado en Bayahíbe, La Romana, resultarán vitales en este combate la “integración de medios, la inteligencia, las operaciones combinadas y conjuntas, la interoperabilidad, el comando y control, la doctrina y el entrenamiento y la sostenibilidad operacional”, entre otras…
