Muy buena la campaña de publicidad al Copa Mundial de Fútbol, FIFA 2010, destinada a que millones de personas compraran pasajes y viajaran a Johannesburgo. Despliegue extraordinario de tecnología digital, simultaneidad, actualizada información deportiva, pero… acompañada de conceptos de desigualdad y discriminación acerca de la ciudadanía anfitriona invisible en palabras e imágenes, presentadas fuera de los estadios y la competencia deportiva.
Los medios televisivos hicieron gala de infinitas muestras de inequidad hacia la cultura identificativa de estas urbes africanas, de esa raza, etnias y procedencia diferentes pero no inferiores. Cada spot carecía de información real y objetiva, que encubría profundos prejuicios y xenofobia.
¿Acaso alguien puede pensar que una ciudad como Johannesburgo podía realizar ese magno encuentro mundial en medio de una selva, con hombres semidesnudos bailando con lanzas y rodeados de leones junto a sus negras mujeres con argollas y movimientos eróticos para “adornar” los programas deportivos?
Hiere a la inteligencia recordar especialmente las imágenes que desinformaron acerca de la realidad de Sudáfrica, país extraordinario.
que exhibe la mayor economía africana, con la industria más poderosa y diversificada de todo el continente, en los sectores de transformación de bienes agropecuarios y minerales, esferas del automovilístico, aeronáutico y energético, que complementa su naturaleza extraordinaria, única en el mundo y protegida en sus numerosos parques nacionales donde se apresaban las imágenes desinformativas.
Pretoria es su capital, Johannesburgo, la ciudad más poblada, capital minera del mundo. Sudáfrica, única nación africana que desarrolló armas nucleares y primer país que renunció a ese programa al desmantelar sus instalaciones nucleares, tras firmar el Tratado de No Proliferación Nuclear en 1991. Reconocida como [] fundadora de las Naciones Unidas, del Grupo de los 77, miembro del FMI y el G20 entre otros.
Johannesburgo se distingue también por sus universidades públicas y privadas, sus bellas plazas, edificios modernos y antiguos impecables que exhiben museos de historia, fotografía, medicina y hasta de minería para el corte y pulido de diamantes.
Esa nueva universidad sudafricana, ofrece educación sobre todo en inglés y español, aunque se pueden tomar cursos en cualquiera de los once idiomas oficiales: Afrikáans, Inglés, Ndebele, Sesotho, Sesotho sa leboa, Setsuana, Suazi, Tsonga, Venda, Xhosa y Zulú Sudáfrica para sus 12,3 millones de estudiantes, con miles de profesores en centros de la enseñanza superior, financiados por el Estado.
Esos hombres y mujeres que nunca fueron mencionados como parte de la población “nativa” de Sudáfrica, sede del Mundial del Futbol, recibió varios Premios Nobel de la Paz: Albert John Lutuli, profesor y político, galardonado en 1960, Nelson Mandela, líder revolucionario y primer presidente negro del país, Frederik De Klerk, presidente sudafricano que liberó a Mandela y acabó con el Apartheid, y Desmond Tutu, obispo anglicano y pacifista.
Premios Nobel de Literatura: Sra. Nadine Gordimer y J.M. Coetzee;
Premio Nobel de Medicina: en 1951, Max Theiler así como el médico que realizó el primer trasplante de corazón, doctor Christian Barnard.
Destacan en las artes, y la cultura: J. R. R. Tolkien, escritor, autor de El Señor de los Anillos; Charlize Theron, primera actriz sudafricana ganadora de un Oscar; Manfred Manny , Trevor Rabin, músicos y compositores de rock y Hugh Masekela, trompetista, cantante y compositor, que fusionó el Jazz con los ritmos del continente africano.
Del desarrollo tecnológico internacional se conoce al sudafricano, Mark Shuttleworth, informático y empresario fundador de la empresa Canonical Ltd.
Alguien me podrá decir: ¿Cómo desaparecieron estas personalidades de las palabras e imágenes de los medios durante las amplias jornadas de publicidad del Mundial? Se acabó el fútbol en Johannesburgo, pero quedó sobre Sudáfrica 2010, una imagen distorsionada para la mayoría de la población mexicana. Triunfó la reproducción de los prejuicios, de los cuales somos víctimas, hombres, mujeres, cultura y pueblos enteros.
*Maestra en Ciencias de la Comunicación
www.leecolima.com.mx/teresa/
