Según el Sistema Mundial de Información y Alerta (SMIA), la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la situación alimentaria es motivo de gran preocupación no sólo para agricultores y campesinos, sino para el resto del mundo pobre, donde se agudizan los problemas debido a que los precios de los alimentos permanecen elevados.
Sistemas de fondos del Mecanismo Alimentario se emplean para financiar a los pequeños campesinos, cuyos créditos, según la FAO, debe posibilitar que los agricultores cuenten con medios para comprar insumos esenciales para la siembra y mantengan su producción durante los períodos de carestía.
En la República Dominicana, las autoridades enfrentan la realidad que refleja, no sólo los problemas agropecuarios propios del país, sino los del vecino pueblo haitiano. El “Programa especial de urgencia y apoyo a la producción alimentaria en Haití en respuesta al terremoto del 12 de enero y la integración de las poblaciones desplazadas”, preparado por el Ministerio haitiano de agricultura con apoyo del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y la FAO, es un ejemplo de ello.
Sin embargo, aunque este programa cuenta con un plan de acción para los próximos meses, y la FAO ha destacado la capacidad productiva de la agropecuaria de la nación dominicana, la cual asegura aporta por encima del 80% de los alimentos que consumen más de 14 millones de personas, y el propio Jacques Diouf, director general de dicha organización, ha valorado el potencial que tiene el sector agropecuario dominicano, lo cierto es que para la ejecución de un programa a mediano y a largo plazo en la recuperación de dicho sector en Haití, se requiere de una inversión de 800 millones dólares.
Habría que ver dónde quedan los millones de hambrientos del territorio dominicano, que engrosan los en 1.020 millones existentes en el mundo, esos de los cuales se habló como récord histórico, según los últimos datos publicados por la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en Roma, el pasado mes de junio.