Si hace algunos años únicamente unos pocos se atrevían a recorrer el mundo solos o sumarse a una excursión en la que no conocían a nadie, hoy los viajes de singles (unos 8 millones de personas en este país) son una de las tendencias predominantes en el mercado.
Según las estadísticas, las personas sin pareja, especialmente las mujeres, se desplazan un 40% más que la media.
Hoy en día los viajes para singles (solteros en inglés) están a la orden del día. Especialmente entre aquellos que han tenido pareja durante un tiempo y al romper la relación se encuentran con que su círculo de amigos no comparte sus aficiones; por eso quieren conocer nuevas personas, vivir experiencias insólitas y, si es posible, encontrar de nuevo un compañero.
En internet existen varias páginas y redes sociales que organizan actividades para este tipo de personas, entre ellas viajes, escapadas, cruceros, etcétera. El éxito es tal que las agencias que organizan los tours señalan que, pese a la crisis, este verano han duplicado o triplicado el número de plazas ofertadas.
Para entender esta tendencia hay varias claves. En primer lugar, entra en juego el poder adquisitivo de los singles, unos ocho millones de personas en España. Según la red social Clan 2000, gastan un 60% más que la media de la población, especialmente en productos de gran consumo.
Esta empresa –que nació hace nueve años en Barcelona con el fin de promover actividades para las personas sin pareja– calcula que gastan una media de 500 euros al mes con tarjeta, sobre todo en productos de cuidado y belleza personal, y que viajan en torno a un 40% más.
En segundo lugar, un análisis del perfil de las personas que copan estos viajes también explica el por qué del éxito de la iniciativa. La mayoría tienen entre 33 y 45 años, según las agencias consultadas, y son “personas que se han divorciado o han visto cómo una relación larga se ha ido al traste y necesitan encontrar un grupo de amigos con el que vivir un segunda adolescencia”, explica Rafael Serra, socio fundador de Clan 2000.
Por último, aunque la crisis ha golpeado al sector turístico –con un descenso de las reservas y una caída de los tiempos de estancia–, también ha traído buenas noticias para este segmento porque ha favorecido que algunas personas opten por este tipo de viajes, dado que su círculo de amigos no puede permitirse ir de vacaciones.
“Tenemos gente que antes viajaba con su pareja o un grupo de amigos y ahora se han quedado solos y no encuentran con quién viajar”, explica Hellen Faus, de Viajarsolo.com. Así mismo, añade Faus, están aquellos que han sido despedidos y han cobrado una buena indemnización, “y como no encuentran trabajo se lanzan a realizar el viaje de sus sueños”.
