Estados Unidos.- Fuentes del Congreso dijeron a la prensa que el gobierno de Barack Obama estudia introducir algunos cambios para flexibilizar las restricciones de viajes a Cuba, para lo cual facilitaría que personal docente y académico y grupos religiosos, deportivos y culturales viajen más libremente a la isla mediante licencias, desmontando una serie de duras medidas migratorias instauradas por la anterior administración, aunque ello no implicaría el fin de las limitaciones de viajes para los ciudadanos estadounidenses ni la apertura del mercado turístico norteamericano al país caribeño.
Según las fuentes, Obama buscaría retomar la política vigente durante los años de la administración Clinton en cuanto a favorecer visitas de intercambio educativo, deportivo, cultural u organizado por congregaciones religiosas, refirió The New York Times, aunque fuentes del Departamento de Estado anunciaron que no habrá detalles hasta dentro de algunas semanas.
En 2003, el gobierno de George Bush restringió los intercambios estudiantiles vigentes hasta la fecha, el segundo motivo más frecuente de viaje a la isla desde Estados Unidos, según el Departamento de Estado. Poco después, restringió también severamente los viajes y el envío de remesas a la isla de los cubanos residentes en Estados Unidos, además de eliminar los permisos de viaje a deportistas aficionados para participar en competiciones y las licencias de visita a instituciones educativas secundarias.
Como parte de esas medidas, la Casa Blanca redujo el máximo de estancia en Cuba a miembros de organizaciones institucionales de 24 a 12 meses. Y para evitar el argumento de intercambios educativos universitarios para hacer turismo en la isla, estableció que ese tipo de viajes duraran como mínimo 10 semanas, lo que redujo significativamente el intercambio en esa área por el alto costo de los viajes.
Desde que asumió el poder, la administración Obama levantó las restricciones implantadas por la administración Bush para permitir que cubanos residentes en Estados Unidos puedan viajar más frecuentemente a Cuba, pero se mantienen las restricciones sobre los ciudadanos estadounidenses.
Las medidas adoptadas en 2004 por el Gobierno de George W. Bush, dirigidas a reforzar el bloqueo económico que la Casa Blanca mantiene sobre La Habana desde 1962, establecían que los cubano-americanos sólo podían ir a la isla una vez cada tres años, siempre que tuviesen familiares directos y solamente se les permitía gastar un máximo diario de 50 dólares.
Actualmente, las visitas familiares son ilimitadas, sin discriminación en el parentesco y con la posibilidad de gastar hasta 179 dólares por día. También se les permite llevar un máximo de 3.000 dólares en efectivo para sus familiares.
A inicios de julio último, el Comité de Agricultura de la Cámara de Representantes aprobó un proyecto de ley que levantaría las restricciones a los viajes de ciudadanos de Estados Unidos a Cuba y eliminaría obstáculos a las ventas agrícolas a la isla caribeña, facilitando su pago, aunque debe pasar aún por comités y el pleno de la Cámara de Representantes, para luego ingresar al Senado.
El proyecto de ley, Travel Restriction Reform and Export Enhancement Act (Ley de Reforma de Viaje y Aumento de Exportaciones), es el más reciente de varios proyectos de ley presentados en ambas cámaras del Congreso para dar fin a todas las restricciones de viaje a Cuba, y prohíbe al presidente impedir que un ciudadano viaje a la isla, además de eliminar la disposición que obliga a Cuba a pagar al contado y por anticipado los productos agrícolas de Estados Unidos, permitiendo transferencias directas entre instituciones financieras de ambos lados.
Cuba, que recibió en 2009 cerca de 2,5 millones de turistas provenientes de Canadá, Europa y Asia, podría recibir hasta un millón de estadounidenses en el primer año luego de eliminarse la prohibición de Washington a sus ciudadanos para viajar al país caribeño, según estimaciones oficiales cubanas y de expertos y el sector empresarial norteamericano.
Unos 296.000 cubanos visitaron la isla en 2009, principalmente los que viven en territorio estadounidense. Entretanto, pese a la prohibición, unos 50.000 estadounidenses viajaron a Cuba ese mismo año, muchos de ellos a través de terceros países como México, según cifras mencionadas a fines de marzo de 2010 durante un encuentro entre empresarios turísticos norteamericanos y responsables cubanos, incluido el ministro de Turismo, Manuel Marrero, en Cancún.
Analistas consideran que los viajes de estadunidenses a Cuba generarían una demanda en cascada de vuelos regulares, servicios bancarios y telefónicos y uso del dólar, y tendrían otros impactos como el gasto personal de los visitantes.
Según fuentes del sector de viajes, los vuelos de Estados Unidos a Cuba aumentaron entre 150 y 200% en el primer trimestre de 2010 respecto al mismo período de 2009, hasta llegar a cerca de 60 semanales.
Entretanto, fuentes cubanas de turismo dijeron recientemente a la prensa que los viajes de los cubanos residentes en Estados Unidos a Cuba aumentaron 50% desde septiembre de 2009, cuando el presidente Barack Obama levantó oficialmente las restricciones impuestas por la administración Bush.
Durante el encuentro en Cancún, el ministro cubano de Turismo dijo que Cuba tiene capacidad y calidad hotelera suficientes para recibir a cerca de un millón de turistas anuales desde Estados Unidos (adicionales a los más de dos millones que recibe actualmente de otros países) si la Casa Blanca levanta las vigentes restricciones para viajar a la isla caribeña.