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Al nacer y crecer en la pobreza, me acostumbré a no tener nada, no conocí el miedo a las necesidades, sabía cómo estaba. El desafío en la búsqueda de crecer, progresar, nos enseñó que el machete se afila en la lima, como nuestra alma se fortalece en las precariedades.
Nadie podrá vivir bien entre suspicacias, quien se abandona a las cosas del azar se crea un grueso tejido de inquietudes. La única vía que conduce a la felicidad es la de menospreciar todo lo externo y contentarse con la pobreza honrada. Se vive feliz cuando se tiene la buena costumbre, no se tiene la necesidad de nada, está bien con lo presente, no sedea lo ausente, encuentra bien todo aquello que le es suficiente.
Hemos construido nuestra ciudadela, somos nuestro propio vigilante, siempre a distancia de lo exterior, fortaleza interior contra los malos hábitos, tener lo que labramos, poco o la medida que indica la justa razón. La paja cobija la libertad, bajo los mármoles y el oro solo habita la esclavitud. Somos libres, frente al sol mirando a todo lo largo y ancho del horizonte.
Resistir a los golpes del azar, y pace lo que pace, sabemos que nada es tan grande como la templanza con humildad.
Educar el alma en la comprensión de su suerte y en la resignación a esta, y sepamos que no hay nada que sea respetado por la audacia de la fortuna, que tiene los mismos derechos y el mismo poder contra las ciudades que contra los hombres. Nada de esto debe indignar, pues estas son las leyes que siguen en el mundo que estamos. Si placen, obedecerlas, si no, salid por donde quieran.
Indignarse si alguna condición inicua se ha establecido contra nosotros, pero, si una misma necesidad obliga a los ricos y a los demás pobres reconciliarnos con la fuerza irresistible a la que se atribuye la predeterminación de los acontecimientos que conduce a la disolución de toda cosa. La pobreza es la oportunidad de crecer para hacer el bien. A todos nos iguala la ceniza. Nacemos y crecemos desiguales, morimos iguales.
Nuestro invitado de hoy: Leonardo Da Vinci. ¡Oh, miseria humana, a cuantas cosas te sometes por el dinero!.
Meditabundo: Vinimos, anduvimos, nos vamos. La vida
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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